miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los cuatro problemas de España

Yo soñé que de un río a la ribera
siete vacas bellísimas salían,
y cuando de sus márgenes pacían
las esmeraldas de la primavera;

vi que otras siete de laudosa esfera
tan flacas que esqueletos parecían,
saliendo contra ellas, consumían
la lozanía de su edad primera.

Después vi siete fértiles espigas,
lágrima cada grano del rocío,
y otras siete, que en áridas fatigas,

sin granarlas abril, taló el estío;
y lidiando unas y otras enemigas,
venció lo seco con llevarlo el río.

(Sueños del faraón, Pedro Calderón de la Barca)


A estas alturas, prácticamente todos sabemos lo que pasó, lo que pasa y algunos lo que pasará. No podemos seguir mirando estúpidamente a Rodríguez en la tele e ignorando cosas que directa o indirectamente nos afectan a todos.

No se están dando los pasos apropiados en la dirección correcta. Este Gobierno recuerda a aquello de "ayer estábamos al borde del abismo y hoy hemos dado un paso adelante". Un resquicio no ya del franquismo más incompetente, sino en mi opinión, más propio del siglo diecinueve. Es lo que yo llamo subdesarrollo político.

Mientras el "ineto" de Pepiño "Corageous" Blanco llama cobarde a Esperanza Aguirre y Rodríguez promete a los tenistas de la Copa Davis que va a crear un Ministerio del Deporte, en España vamos de culo. La mentira goebbeliana de echar la culpa a Estados Unidos de la crisis española se repite incesantemente, como queriendo disculpar la ineptitud de nuestro Gobierno.

No hace falta ser muy listo para distinguir entre la crisis financiera mundial, con su origen en un cambio de la regulación de la banca financiera americana en 1999 y que se vio su peor consecuencia en la irrupción de la crisis subprime en verano del 2007, con la crisis económica española. Nuestra crisis, diferente a la internacional y agravada por ésta se basa en unas características muy concretas. No soy economista ni analista ni siquiera tramoyista, pero me juego dos euros a que a grandes rasgos se basa en:
  • Dependencia del sector de la construcción.
  • Fosilización del mercado de trabajo.
  • Nivel educativo tercermundista.
  • Fracaso del modelo autonómico.
Estas cuatro cosas no son achacables a la crisis subprime. El problema lo tenemos aquí. Y en nuestro caso claro que se agrava con la mencionada crisis internacional y también se agrava con la incompetencia gubernativa.

Para tratar de acercarnos al comienzo de una solución de estos problemas hace falta un poquito de altura de miras y sentido de Estado. Hay que pasar del "tú más" y del "caca, culo, pedo, pis" a pactos entre PP y PSOE. Ignorando los lloriqueos del resto de grupos. Hay que ser prácticos ahora, o mucho me temo que durante este siglo España pasará a formar parte del "Eje de la Estupidez Supina", una malvada alianza internacional formada por España, que será estudiada en las escuelas más prestigiosas como ejemplo de "país fracasado".

No queremos que eso ocurra ¿verdad? Yo al menos no quiero que ocurra de la misma forma y por las mismas razones que no quiero que España no gane un Mundial. Entonces pensemos cómo solucionar estos cuatro problemas.

Solucionados estos problemas, el resto vendrá rodado. Pero no perdamos ahora la oportunidad del momento que vivimos, quizás en un par de lustros la gilipollez de nuestros políticos sea tan grande que cualquier tipo de intercambio dialéctico será imposible.

Más:

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los Sueños del Faraon estan en letras extranjeras... La crisis es culpa de Franco y de los americanos, lo dijeron en telecinco.

Anónimo dijo...

Y en la linterna volvieron a mear fuera del tiesto. A ver si se entera Cesar Vidal y el resto que ULISES NO SE TAPÓ LOS OIDOS, PARA PODER ESCUCHAR EL CANTO DE LAS SIRENAS Y LOS MARINEROS SÍ. Por eso, si Rajoy no quiere hacer caso del canto de las sirenas lo que tiene que hacer es taparse los oídos con cera, como hizo la tripulación. Y si quiere oírlos, por lo menos que se ate al palo mayor para no hacerles caso.

Pablo Otero dijo...

Pidió que le ataran al palo.

Los griegos siempre han sido un tanto maricas.