Debería de haber un servicio telefónico para vetar números. No para siempre, las decisiones irrevocables son muy duras, sino como la bandeja de correo no deseado del correo electrónico. Ahí metería al 1485 de los hijos de puta de Telefónica.
Si tuviera tiempo y ganas haría algo para que me diesen de baja de su base de datos ya que ni siquiera soy cliente suyo y los muy hijos de puta no paran de llamarme de unos días para acá. No es que tenga una gran fidelidad o sentido grupal de pertenencia a mi operador móvil. Es simplemente que cuando quiera cambiarme de compañía ya iré a la tienda. No hace falta que estéis tocandome los cojones día sí y día también, con la insistencia de una mujer traicionada.
Entiendo que a lo mejor ya hay pique, porque últimamente cojo las llamadas del 1485 y espero a que aprezca la panchita de turno al aparato a la que saludo con amabilidad para luego ponerle música tope alta en el auricular. Por joder nada más. Es curioso, porque últimamente siempre me toca la misma operadora. Voy a tener que pensar que le gusta la música que le pongo. Mi próximo movimiento será poner una película porno al aparato y preguntarle qué lleva puesto.
1 comentario:
Perdón por la autocita, pero te sugiero esta venganza...
http://facetas.wordpress.com/2008/09/28/donde-las-dan-las-toman/
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