Estoy seguro de que todos os acordáis de aquella frase de Rajoy de los hilillos de plastilina que decía Rajoy refiriendose a las fugas de petróleo que tenía el pecio sumergido del Pestige. Estoy seguro, porque la izquierda orquestó una campaña de acoso y derribo con eso, que pasará a los anales de la manipulación antidemocrática de la séptima generación de la izquierda española junto a la guerra de Irak y el 11S.
Bien, pues aprovechando astutamente el juego de palabras me permito decir que los hilillos, la plasticidad, la elasticidad del precio del crudo en los mercados hacen que la caída de nuestra economía no sea tan dura. El petróleo, cuando llegó a rozar los 150 dólares el barril de Brent llegó a un límite. Eso ocurrió a comienzos de verano de 2008. Debido a la histeria del huracán Gustav tuvo un repunte, y pasada la tormenta, parece que escampó y hoy está entorno a los 115 dólares.
Esta elasticidad del precio del petróleo (sin duda debida al alto precio alcanzado), permite rebajar las previsiones de inflación en España de entorno al 5% a entorno al 4% (algo menos en ambos casos).
¡Alégrese señora: en lugar de morir en la indigencia rodeada de gatos, morirá usted atropellada por un yupi depresivo, borracho al que acaban de despedir al volante de un audi que no puede pagar en plena Gran Vía!
Cuánta razón llevaba el idiota que dijo aquello de que el aleteo de una mariposa en Tuy provocaba un no sé qué en no sé dónde.
¿Era Tuy?
Sobre la crisis:
3 comentarios:
El mariposa era de Pontevedra, no de Tuy. Lo de los hilillos de plastilina es una metedura de pata de cojones. Lo mejor en las catastrofes es ponerse la gorra de Giuliani e ir a la zona cero a la fotito. Aunque las costas las haya limpiado el ejercito, es mucho mas romantico decir que fueron unos pobres marineros con cuatro chalupas y un chimpín los que se llevaron el chapapote en un tiempo record. Y además el desastre mato al aleman de los pellejos y propició el cambio de régimen, aunque estuviese todo mas cantao que el flamenco...
¡Como pierde el blog sin la tia güena!
Oh, vaya, habrá que remediarlo!
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