El artículo en cuestión recibe el título de "Amigo y enemigo", y su autor es Felipe Giménez Pérez.
Marx afirmó que la lucha de clases es el motor de la historia, pero otros autores anteriores a él ya señalaron decisivamente y con agudeza y sabiduría realista que la conflictividad es consustancial a la sociedad y que la paz es mentira, una simple pausa o tregua entre dos guerras. La paz resulta ser así algo excepcional. Por eso, el proyecto progresista, pensamiento Alicia o pacifista de establecer una alianza por la paz, al igual que el proyecto de una alianza de las civilizaciones es un proyecto esencialmente utópico y yo añadiría que quimérico e infantil. Es más, como dice Schmitt, «Si una parte del pueblo declara que ya no conoce enemigos, lo que está haciendo en realidad es ponerse del lado de los enemigos y ayudarles, pero desde luego con ello no se cancela la distinción entre amigos y enemigos».
La paz es algo excepcional en la historia. La historia es historia del conflicto. Si una parte del pueblo depone las armas -sean del tipo que sean-, se pone del lado del enemigo. Esa idea es fascinante. Es como aquél que decía que no tener bando era tener bando. O al menos si no estás conmigo no te interpongas en mi camino porque yo no estaré contigo.
Además, mientras que la amistad requiere del consenso o del acuerdo de las dos partes, la enemistad, justamente, no requiere del acuerdo mutuo. El disenso siempre es más fácil, simple y básico. Basta con que alguien me elija como su enemigo para que tenga lugar el conflicto y ello aunque yo no desee el conflicto. Es un error del progresismo creer que los enemigos los elijo yo únicamente y que siendo buenos o bienintencionados o pacíficos o no queriendo la enemistad eo ipso no voy a tener enemigos.
No elegimos nuestros enemigos, al menos no siempre. Simplemente tenemos enemigos, gente que no soporta algo de nosotros y por lo tanto que nos quiere destruir -nuevamente, cualquier tipo de destrucción: física, moral,...-. Así que sólo nos queda defendernos. Y de too es abido que cuando se trata de defenderse, la defensa no deja de ser parte del ataque. Debemos atacar, destruir al enemigo (una vez más, no tengo por qué estar hablando de destrucción física).
Lo que está en el principio del Estado y es su fundamento es la decisión. El soberano es el que decide. Lo político se define como una decisión constitutiva y polémica. La humanidad no existe políticamente hablando. Sólo existen las diversas unidades políticas en perpetuo conflicto y enemistad o amistad a nivel de política internacional entendida ésta como política de poder. La humanidad como tal no puede pues hacer una guerra. Carece de enemigo, al igual que la humanidad no puede ser solidaria consigo misma, salvo si los marcianos existieran y hubiera que hacerles frente.
En esto no estoy de acuerdo. Creo que puede haber un fin de conflictos a escala internacional (aunque conflictos tribales o civiles existirán siempre). El fin de los conflicto internacionales se puede establecer si alguien gana las mentes y los corazones de los demás. O bien si alguien destruye físicamente a quienes considera sus enemigos políticos. Como dije hablando del futuro de la Humanidad, llegará un momento en que se llegue a la economía de la no escasez y por lo tanto no habría necesidad de fronteras en la humanidad y por lo tanto sería una manera de evitar los conflictos internacionales de forma relativamente pacífica ("relativamente" porque siempre habría gente a la que destruir, estableciéndose un cierto nivel asintótico de violencia entre grupos humanos).
Amigo y enemigo