Mucho se ha escrito obre la terraformación de Marte. Que si hay que elevar la presión atmosférica, que si hay que sustituir su atmósfera de CO2 por una con suficiente oxígeno y algún gas inerte, que si hay que sacar a la superficie el agua subareana, que si hay que aprovechar la areología del planeta para establecer campamentos-granjas-tienda que contribuyan a la creación de una capa fértil, etc.
Por lo tanto ahora no me apetece hablar de ella, sino de la terraformación de Venus. Un planeta más complicado para terraformar, pero quizás más sencillo de establecernos en él en un primer momento. Repasemos primero las condiciones que nos encontramos en ese enigmático planeta. Enigmático porque no es visible su superficie debido a la densidad de su atmósfera.
¿Cómo es Venus?
Imagen con luz visible de Venus. Así lo
vemos desde el espacio, amigos.
Venus es un planeta de prácticamente el mismo tamaño de la Tierra. Sólido. Con una gravedad muy similar. Tiene un núcleo probablemente líquido, un manto y una corteza al igual que la Tierra. El problema de su citerología (de Citera, otro nombre que se le dio a Venus) es la falta de una tectónica de placas que active la enorme cantidad de volcanes muertos que tiene y que pueda expulsar al exterior parte de todo ese calor excesivo. Y de paso que menee un poco la atmósfera. Nunca viene mal mover un poco el esqueleto, gambiteros. En Venus existen dos grandes continentes, Ishtar y Afrodita, si descendemos a lo que vendría a ser el "fondo oceánico", la temperatura y presión atmosférica son absurdamente más altas. De momento no nos interesa pues, la superficie, pues si en la Tierra tenemos una temperatura media de 15 grados centígrados y 1 bar de presión, en Venus tendríamos una temperatura media de 460 grados centígrados y 90 bares de presión. Algo así como la presión que aguantan los calamares gigantes y los rapes en nuestros océanos. Nosotros necesitamos batisferas. Aunque bajáramos con astrobatisferas a la superficie venusiana, el calor inutilizaría los componentes electrónicos. Por no hablar de la propia estructura de la nave, cuyas partes comenzarían a derretirse. Mientras la ingeniería de materiales no nos brinde estructuras cerámicas fiables, nos podemos ir olvidando de descender. Quizás en las cumbres más altas del planeta algún robot pudiera trabajar. Estas se encuentran en Ishtar y su altura media es de unos 10 u 11 kilómetros y bajo una presión menor.
La atmósfera de Venus es muy mala para la vida conocida. No para toda la vida conocida, pues conocemos vida en condiciones extremas, pero si para nosotros. CO2 para parar un tren y un resquicio de nitrógeno. Para deshacernos de tanto CO2 convendría poder fijarlo a la superficie congelándolo (juas!), absorberlo y enviarlo al espacio, o bien tratarlo, separarlo mediante procesos químicos que harían robots-factoría y dividirlo en carbono y oxígeno. Lástima que esto es un proceso muy lento y tampoco nos conviene tener tanto oxígeno en la atmósfera. Sí, amigos, de momento nos interesa más una atmósfera con un poco de CO2 y mucho gas inerte como el nitrógeno, el helio o el argón para que pudiera situarse vida vegetal. Sobre la anchísima capa de CO2 hay un manto de nubes de ácido sulfúrico y dióxido sulfúrico. Cosa fea. La atmósfera venusiana mide unos 50 km de altura. La terrestre no pasa de los 7 km útiles. Esta tremenda atmósfera es tan gorda que el efecto invernadero es brutal. Quizás responsable de 300 grados de temperatura superficial extra. A esto se le combina la falta de tectónica de placas y que los días duran más que los años citéreos. Un maldito horno, Dios Santo, tan sólo eso. Muy isotermo, también. Venus está inclinado tan solo 3º respecto al Sol, no hay estaciones.
Como dato curioso, decir que en Venus hay tormentas eléctricas, menos que en la Tierra, pero las hay. Que la densidad del CO2 hace que un efecto de niebla superdensa en la que veríamos todo superblanco y ni un palmo delante de nuestras narices. Y que llueve. Gases supercalientes ascienden por las montañas hasta lugares más fríos, donde se condensan y caen en forma de lluvia. Esta lluvia es sulfuro de plomo y telurio, un metaloide escasísimo en la Tierra… y con el que se pueden crear compuestos cerámicos y capas de discos compactos.
Para seguir elevando la moral, decir que la falta de convección hace que Venus tenga una magnetosfera muy débil que no protegería a nuestros robots-fábrica de las radiaciones cósmicas. Supongo que se les puede proteger de alguna forma. Sin embargo, nuestro moreno sería mortal.
¿Dónde descansa pues, mi optimismo? A 50 km de altura la presión y temperaturas venusianas son muy terrestres. De 0 a 50 grados Celsius y un bar de presión. A esto, pues, debemos agarrarnos. Un dirigible construido por los nazis en 1937 podría establecerse a esa altitud en Venus y no le pasaría nada. Con la tecnología actual, se podrían fabricar verdaderas ciudades aéreas. Que cogieran gases atmosféricos y obtuvieran helio por ejemplo para mantenerse en el aire (de hecho, nuestro aire respirable ya nos elevaría en Venus). Vale, olvida de momento lo de las ciudades. Nos bastan globos. Globos que incrementen el albedo y por tanto que reflejen la luz solar hacia el espacio para enfriar la superficie. Además, si alguno de estos dirigibles estuvieran habitados, los vientos harían que estos colonos tuvieran días similares a la Tierra –dependiendo de la altura-, ya que serían empujados a la noche mucho más rápido que estando en la superficie. Otras razones para ser optimistas son que el viaje Tierra-Venus dura menos que elTierra-Marte. Y las ventanas de lanzamiento ocurren con más frecuencia (580 días contra 780 días). Tendríamos, pues, más “contacto” con los colonos venusianos que con los marcianos. Al mismo tiempo que se colocan globos que incrementen el albedo, estos taparían partes de la superficie. Para enfriarla.
Globo sonda posible
¡Quaid, libera a Venus!
Tan importante como deshacernos de tanto CO2 es bajar la temperatura, necesitamos tapar la luz solar. De todos modos, Le sigo dando vueltas a lo de acelerar la rotación del planeta. Reconozco que ese es el último de nuestros problemas, pues las sombrillas orbitales nos proporcionarían ciclos día-noche en la superficie. Quizás simplemente no se pueda aumentar la rotación de un planeta. Aunque dudo de que no haya nada que no podamos hacer.Maldita sea, estamos hechos a imagen de Dios. Lo podemos todo.
Actualización: ¡Es que hay que lograr una forma de hacerlo girar más rápido, quizás sea la única forma de aumentar su magnetosfera! Quizás necesitemos menos julios para hacerlo girar que para provocar movimientos de convección bajo la superficie. O una cosa lleve a la otra.
Y lo único que se me ocurre para mover algo en el espacio es mediante la gravedad. Claro que si logramos hacerlo girar más rápido, también podríamos alejarlo un poquito del Sol, ¿no?
8 comentarios:
me da que después de rotar el planeta más de lo necesario, empezarán las risas como el cambio de órbita, unión/colisión con otros planetas/objetos, etc etc etc.
me da que me opongo a liarla espacialmente.
Para quitarle CO2 también se baraja proyectarle asteroides a saco.
Un cambio de órbita no influye en nada. Y que gire más rápido, tampoco.
¡Confía en mi!
Lo mejor sería enviar microorganismos extremófilos fotosintetizadores y reductores de ácido sulfúrico. Así eliminamos el ácido, fijamos el CO2 a moléculas orgánicas y producimos O2.
Un hecho que no he visto en ningún sitio que habla de Venus es que el CO2 a las condiciones de superficie (T de casi 500 grados y 90 bar) es supercrítico, es decir una mezcla de gas y líquido (ver wn wiki la entrada de CO2 supercrítico)
Catalina, para fijar CO2 en forma de carbonato se necesita agua y en forma de materia orgánica también. Ese es el problema, la cantidad de agua necesaria.
Es un problema tan gordo, que por eso me quedo flotando a 50 km de altura.
Creo que la Tierra al principio de su historia sufrió el impacto deun cuerpo de gran tamaño y como consecuencia de ello se apropió de su satelite. ¿no podría hacerse eso con Venus, llevar hasta allí un asteroide de gran tamaño que al chocar contra Venus le imprimiria rotación y le dotaria de un satelite que le estabilizaria en su órbita. Una vez con rotación se podría empezar a trabajar en cambiar su atmósfera y en reducir la temperatura de su superficie, asi como dotarle de agua haciendo caer sobre su superficie cometas y otros cuerpos con gran cantidad de agua.
Todavía no tenemos la tecnología, pero estamos trabajando en ello.
Del choque contra la Tierra primitiva salió la Luna, pero no sé si varió la órbita o velocidad de rotación de la Tierra.
Imaginando la construcción de una estación venusiana, ya sea con globos o en su subsuelo aprovechando los tubos de lava vacíos, los ciclos de día y noche de 24 horas pueden simularse por ejemplo con techos de domos programables que oculten la luz solar. Y en la época de oscuridad podría o bien reflejarse la luz solar desde el espacio con satélites o bien generar luz, como ya se utiliza en la estación espacial internacional para el crecimiento de plantas.
La actividad volcánica de Venus es muy alta y por tanto la energía obtenida mediante plantas geotérmicas podría suministrar lo necesario para la producción de luz proyectada desde el techo de los domos.
Este artículo tiene años pero si alguien como yo ha llegado hoy a leerlo, ¿quien dice que en el futuro no se asome otra persona?
Saludos.
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