miércoles, 10 de octubre de 2007

¿Revolución permanente o esclavitud?


Estoy escuchando Felicidade foi embora, de Caetano Veloso. Y he conseguido alcanzar una especie de estado Zen de máxima tranquilidad. Tranquilidad pasiva y actitud de "me la sopla". Voy saltando de blog en blog y viendo páginas de noticias y veo a la gente muy intranquila. Parece que realmente se están jugando algo. Nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que la gente se lo flipa.

Es tan poca la capacidad de decidir y de elegir hasta en las cosas más mundanas... Hablaba el otro día con alguien en un foro sobre la libertad de elegir. Le decía que ni siquiera elegimos a nuestro panadero. Vamos por comodidad o precio a uno, sí, pero llegamos a acomodarnos y dejamos de pensar en el motivo primero por el cual elegimos este y no otro. Existe una especie de proceso mental no escrito que consigue volvernos esclavos de nosotros mismos. ¡Es horrible!

Uno puede argumentar que la libertad última e intrínseca reside en nuestros pensamientos. Pero ¿acaso nuestros pensamientos no están condicionados de forma imperceptible por nuestras experiencias, conversaciones, libros, etc? ¿Existe de verdad la libertad absoluta? ¿Vamos a conformarnos con que no se metan con nosotros y con que las agresiones sean imperceptibles? ¡No me gustaría eso!

Entonces, ¿es necesaria una "revolución permanente", citando a Mao? Es lo que dudo. Pero por lo menos debe haber una revolución permanente en nuestras neuronas. No me gusta la idea de ser un esclavo. Nunca dejéis de leer y de cuestionar a la autoridad, gente.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por mucho que queramos, siempre vamos a ser esclavos de algo. Con una revolución permanente en nuestro pensamiento... ¿Llegariamos alguna vez a alguna parte? ¿De verdad podríamos mantenernos siempre ahi? Yo creo que no, y si queremos ser "libres" quedemonos en el maravilloso mundo de nuestra mente.

Un saludo del 50% de Latitud 43.22N

Chema

Anónimo dijo...

En cierto modo, este tipo de reflexiones siempre me traen a la cabeza un pasaje de la obra del checho Milan Kundera "La insoportable levedad del ser" (obra que recomiendo encarecidamente a todos, cónstese).

Concreamente, el pasaje hace referencia, durante una de las tantas escenas eróticas de la novela, al mismo concepto de la verdad, encarnado en dos personajes. Para uno, la verdad es sinónimo de coherencia entre el yo y el exterior. Sólo cuando existe homogeneidad entre ambas realidades, ambas concepciones, puede hablarse de verdad en términos estrictos. Sin embargo, para el otro la verdad es exclusivamente lo que se encuentra en el interior, porque es lo que siempre se mantiene, y pertenece exclusivamente a la voluntad del individuo. La realidad exterior es tan cambiante, compulsiva, manipulada, que lo único que puede considerarse verdad es lo que nos pertenece a nosotros mismos, nuestro interior.

¿Revolución permanente del pensamiento? No deja de parecerme interesante, tanto que me faltan tiempo y ganas como para poder decir todo lo que se podría.