viernes, 9 de febrero de 2007

Escenarios de la guerra: El estrecho de Ormuz

USS Samuel B. Roberts (FFG-58), fragata de la clase Perry, navegando por el estrecho de Ormuz

El estrecho de Ormuz es la puerta de entrada al golfo Pérsico. En un lado está la República Islámica de Irán -los malos chicos-, y en el otro Omán y Emiratos Árabes Unidos -los no-tan-buenos-chicos-pero-mejor-que-los-malvados-. El estrecho tiene un ancho por su punto más angosto de 21 millas (33,8 kilómetros). Está dividido para el tráfico marítimo por canales de 1,6 kilómetros de ancho en una y otra dirección. Los petroleros tienen mucho cuidado de respetar las normas internacionales de navegación: el 20% del crudo mundial atraviesa diariamente ese estrecho.

Principalmente por su localización geográfica y su importancia económica, el estrecho es un probable escenario de guerra. No sería la primera vez que nos -al fin y al cabo EEUU combate también en nuestro nombre- enfrentamos a Irán en esas aguas.

La batalla de las plataformas petrolíferas de Sassam y Sirri -Operation praying mantis-, tuvo lugar el 18 de abril de 1988. Y el derribo de un Airbus A300 de Iran Air por un misil americano el 3 de julio del mismo año. La primera, una operación de castigo a Irán por plagar de minas el estrecho (y acertarle a una fragata), puso fin a la guerra Irak-Irán. El derribo del avión civil, sin embargo, permanece un tanto oculto: no sabemos si la República Islámica interpuso la señal de un P-3 que sobrevolaba la zona con la del Airbus para ocultarse al radar americano. No está nada claro lo que ocurrió. Eso sí: ocurrió en el estrecho de Ormuz, un lugar del mundo vigilado por potencias enemigas las 24 horas del día y con una gran concentración de elementos militares.

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