Yo si fuera él no me las prometería tan felices: la Armada americana ha elevado su operatividad en el Golfo Pérsico, Bush ya ha anunciado el envío de más tropas a Iraq, Hezbolá fracasó en el intento de obtener el poder en Beirut y los precios del petróleo, a día de hoy, no podrán subir mucho más o no a un ritmo tan elevado como para financiar operaciones de campo abiertas.
Es muy probable que antes de marzo -mes en el que expira el ultimátum para que cese su programa de enriquecimiento-, Irán ofrezca una "fórmula de compromiso". Un caballo blanco que perpetúe el régimen y les salve del desastre. Esta fórmula podría contener unas contrapartidas al abandono de su programa nuclear: no queremos sanciones en nuestro país, ayudaremos a la comunidad internacional en Iraq, les bajaremos los humos a Hezbolá y nos callaremos nuestra opinión sobre Israel.
De todas estas bazas, la carta más importante es la colaboración en Iraq. Comprometer a Irán en el proceso de reconstrucción sería una gran manera de acercar el régimen a occidente, hacerles ganar votos a los republicanos, acabar con tanta anarquía en los sectores más extremistas chiíes de la nación del Tigris y calmar a los propios jomeinistas.
Para leer:
- Send more troops - John McCain
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